La semana más complicada. Una crisis profunda que desnuda los déficits del GobiernoPor Jorge Liotti
La Justicia ya había dispuesto distribuir los alimentos almacenados y el Ministerio de Capital Humano, en su desesperación por demostrar reacción, decidió cumplir el mandato a través del Ejército. Se improvisó un operativo y allí fueron los soldados con las cajas. Una de esas filas debía internarse en uno de los barrios más calientes del conurbano de Rosario. Tuvieron que pedir custodia a la Gendarmería porque ellos no podían portar armas. Así se montó una escena bizarra, como expresión del desconcierto. Centenares de efectivos militares y gendarmes en caravana, exponiéndose en el medio del territorio narco más furioso, descargando comida de los camiones para ubicarla en camionetas más pequeñas y así internarse en las callejuelas de los barrios, con uniformados de Gendarmería (que no sabían a dónde iban) protegiendo a otros del Ejército, que eran los que sabían el recorrido. “Salió bien de casualidad, pudo haber sido un desastre. Lo que sí, toda esta movida costó más plata que la comida distribuida”, reflexionó una fuente al tanto de la insólita movilización.